Sin lugar a duda, lo mejor es que los lleve a la playa de una vez. Cuba, la maravilla.
Cuando Calzedonia me propuso trabajar con ellos no me lo creí. Era como decirme que todo era posible.
Recuerdo mi primer vestido de baño que compré en esa marca. Era como comprarse el primer vestido de baño de “mujer”. Era en Saint Etienne (Francia) y era uno negro con colgantes plateados. Lo miraba en la vitrina por semanas hasta que, por fin, me atreví a comprarlo.
Coleccion Calzedonia
Modèle Forsizia
Y ahora me fui a Cuba con tres de ellos. Las etiquetas puestas. Me dio mucho gusto quitarlas una tras otras cuando los iba poniendo por primera vez.
Primero fue este, el negro. Mi flechazo de la tienda online. Con ese flequillo tierno y ese encaje suave. Es de los vestidos de baño que se pueden llevar a todas partes.
Estoy desarrollando una mania rara que consiste en hacer corresponder mi traje de baño con el lugar donde voy. Todo es cuestión de “fit”.
Y luego viene ese amarillo. O sea, mi preferido de todos. Mi amor de bañador. Mi flechazo eterno – bueno ya mucho.
Lo vi en la fotos de las semana de la moda y pensé que nunca lo iba a tener. Que seguramente estaría out of stock hasta que lo estrene en una de esas espectaculares playas cubanas.
Y, last but not least, el más salvaje de los tres. El que no hubiera elegido un año atrás. El con bajo de zebra y flores tropicales. Todo es cuestión de “fit” te digo.
Cueva de los peses
Modèle Baobab
Así que así va. De verdad creo que los vestidos de baño son como las bufandas en invierno. Es lo que lo cambia todo. Lo que le da personalidad a una. Una manera simple y eficaz de darse gusto con algo sencillo.
A mi me gustan más tipo cinta, de verdad creo que es lo que mejor me luce pero no soy una experta, ustedes me dirán 🙂
Y a ti, que tipo de traje de baño te gusta más ?
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